8.11.12

conmigo

















Adiviné una casa en el fondo de sus ojos, una pradera y montes a lo lejos, un río de saliva entre los labios. Y soñamos la casa desde dentro, como un abrazo, una escalera de caracol, un tragaluz y el sol, tan blanco… Un día nos sorprendimos viendo el hueco que había dejado el jarrón al caerse; cómo el viento arrastraba las flores; la casa tan oscura; las luces a lo lejos... Habíamos soñado sin paredes la casa, no dejamos rincones libres de la intemperie, ni recuerdos colgados donde apoyar la vista, ni un armario que abrir al llegar el invierno... Los párpados, tan fríos, que no nos atrevimos siquiera a abrir los ojos.

3 comentarios:

  1. Se olvidan y se pierden los sentimientos tan rápido que se nos olvida la dulzura de como los conseguimos. Bicos.

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  2. Velaí a proba de que a terra é redonda e as tamén, ás veces, as palabras.

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  3. Anónimo11.11.12

    Esto de la nostalgia es una lata. A veces nos recuerda que el tiempo pasa y no podemos evitar que lo haya hecho; otras...nos recuerda que sí podríamos haber evitado determinados aconteceres pero no hemos podido o sabido( hablo por experiencia). Me gusta el texto, es la mar de comunicativo.Minervina.

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