casi todos los recuerdos son húmedos,
del color que se esconde en el iris de un buey,
el color imaginado del ozono cuando suda la tierra...
La humedad, el color, el otoño y el frío
como estribillos africanos dibujando la tarde, dibujando la noche...
En mi país vemos colores a través de la humedad de los
carballos
y sus gotas proyectan eclipses de sol en las paredes de las casas...
Pertenezco al país donde la piel se eriza cuando llueve
y es otro corazón el que se escucha
mientras la humedad duerme entre mis brazos.
Xa, xa, moita leria. A morriña sempre fixo moito mal aos recordos: o país onde hai mais reuma por metro cadrado con tanta humidade. Cóntallo os meus ósos (e os ouvidos, que están cheos do zunir dos deshumidificadores).
ResponderEliminar(A foto, iso si, está de escacha e arromba).
ResponderEliminarEs Julito
ResponderEliminarYo también sé "moito" de nostalgias porque , para esos efectos, da lo mismo ser galega que asturiana.
ResponderEliminarMe resulta tan mío ese mar como el que disfruto cuando estoy en el Cantábrico. Minervina.
O noso Julito? Que destemido!
ResponderEliminarlo de la humedad en nuestra tierra es todo mentira, aqui en tierras astures si se vive con humedad.
ResponderEliminarMe ha encantado: "es otro corazón el que se escucha"
Todo suyo, Minervina, o de todos. Y un besín húmedo, Sidrina
ResponderEliminarPara espanhol, andas muito morrinhento. Diria que estás quase português, o que é um péssimo agouro.
ResponderEliminar;)
Unha vez (unha soa) deram-me de hóstias por dizer que era português, tenho pois o primeiro selo no passaporte luso, não?...
ResponderEliminar(E foi nas Asturies)