Escucho el traqueteo del olvido, alejándose,
y un balón en el aire, una de tres,
que silba contra la red al no tocar el aro.
Borrarte de la agenda del teléfono móvil
es como una elegía sentimental y trágica
de lo que se perdió ya para siempre.
Hemos perdido el rebote, Pedro,
por más que levantemos las manos
no hay a quien asustar,
el partido está perdido,
la derrota bien merece unas anchoas
y unos amigos rodeando una mesa
en la que no estaremos
ninguno de los dos.
I ostalari on kaka!
Vaia. Ti que estás tan lonxe sabes máis do que sei eu, que, en teoría, estou tan perto. Tan perto de que, digo eu?
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Pues el olvido no suele alejarse con "traqueteo". En mi caso, más bien lo hace con el tono pausado de una canción que se va dejando suavemente de escuchar, casi sin darme cuenta. De repente... ya no se oye nada. Minervina.
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