Conté los pasos hasta lo más alto que pude llegar de la
montaña y los dividí entre las monedas que me quedaban después de pagar todas
las deudas que tenía: daba vértigo el número de pasos por euro... Fue cuando
comprendí que si no hubiese pagado ni una sola de todas mis deudas ahora sería
más rico. Y mucho más si no hubiese venido andando, porque pude quedarme el
coche de la empresa y el traje de Forever Young, que tan bien me sentaba, en
vez de devolverlo... Al final quien nos ata es la cultura, esta especie de
cristianocomunistabuenagente en que me he convertido. Los prejuicios… Y es
mentira, no me siento mejor aquí sentado y viendo la ciudad desde tan lejos por
haber sido honesto. Ni mejor ni más libre... Me imagino en Honolulu con un
cubata libre de verdad, un personaje de película con camisa de flores y una
playa esperando que la pise al bajar del hotel; dejarle veinte euros al botones
que llevó mis maletas y otros veinte al camarero que me subió el cubata;
silbarle al mundo mientras se contonea y pasarme la mano por el pelo, hacia
atrás, para restablecer el orden que les dio la gomina; y comprarme un teléfono
para ir grabando una memoria nueva… Sin embargo aquí estoy, en lo más alto que
pude llegar de esta montaña, con la conciencia bien tranquila, el teléfono viejo
de memoria en desuso y un montón de pasos contados que divido entre euros para
comprender que ya no tengo nada (+) que perder y mucho (-) que ganar… Y un
curriculum de años que no van a ayudarme a bajar, ahora que veo, desde tan
alto… Otra vez me he pasado... Tal vez saltando
Saltando no es la mejor opción visto desde aqui abajo...tal vez rodando y ser como el copito pequeño de nieve que se va haciendo cada vez más grande, y empezar pero lleno de más sabiduria si cabe. Y olvidate de Honolulu por Dios...(con la alergía que nos da el sol).
ResponderEliminarAnda que me he levantado habladora esta mañana jajaja. Besos.
Lamentável nesta epopeia, apenas a perda do 'traje de Forever Young'!
ResponderEliminarPS: ...sempre te resta a hipótese de pintar de loiro o cabelo, enchê-lo de laca e espetá-lo para o céu.
Tal estilo baralha a idade, a quem olha.
,)
Em tempo:
ResponderEliminarExcelente alegoria!
Ya sabemos todos los que estamos en las mismas, Condado, que la honestidad y la conciencia escrupulosa son mal negocio. Los hay que se han dado cuenta hace tiempo y actúan en consecuencia. Así que ya sabemos: o actuamos también en consecuencia o nos seguimos quedando sin traje. Minervina.
ResponderEliminarJe,je... El pánico al abismo, los ingleses que son simpáticos
ResponderEliminarCondado, ya sabe usted que no es un hortera de esos del Forever. !Afortunadamente!
ResponderEliminarPues me quedaba estupendamente...
ResponderEliminar