Voy marcando canciones: esta está, esta hay que retocarla,
esta mejor dejarla por ahora. Etiquetas, colores, mayúsculas, minúsculas…
También como la vida: un día y un no día, esto para olvidarlo y esto hay que
celebrarlo… Y al final, pienso, estoy toda la vida cantando y descantando las
canciones que son la vida misma, etiquetándolas según me va en el camino, si el
día viene bien o he visto una sonrisa asomada en un rostro, si tengo
una ilusión, si es compartida, si tengo ganas de decir te quiero, o ganas de
que me lo digan, si necesito un abrazo de oso o dormir como un oso hasta que
pasen dos o tres inviernos… Todo igual, siempre acabo delante de una canción
que creo que necesita un poco más de tiempo, un toque, comprobar si perdura después
de un nuevo invierno, como el oso...
Sempre.
ResponderEliminarPor outro lado, imagino que família e vizinhos estarám encantados com as cançons :-)
Dice mucho de ti ese afán de perfeccionamiento que demuestras. Lo malo de los perfeccionismos es que hacen sufrir mucho porque nunca parecen sentirse satisfechos. Nos esclavizan con sadismo.
ResponderEliminarQue esas canciones te hagan sentir satisfecho. Minervina.
Si re dosi- lasido-domiredo-sidore.
ResponderEliminarEsta me la sé.
Y sí, el arte siempre está en proceso de retoque y perfeccionamiento. Procesos que duran una vida.
siempre dejas mis ojos muy abiertos, mirandote con admiración aunque no te vean.
ResponderEliminar