… Hace nada, por causa de un viaje, estuvimos tres días sin escribirnos. En cuanto llegué revisé el correo, a pesar de que sabía que yo no estaría, ella, cada día, siguió escribiéndome. Mientras leía sus cartas, el correo anunció una nueva que abrí rapidamente y contesté y contestó y contesté… Nos reímos, nos añoramos, nos contamos los tres días sin leernos y el tiempo se fue haciendo de nosotros. El tiempo, el que pasa entre una pregunta y su respuesta, el que cabalga sobre lo que todavía no se ha escrito, el que adivina gestos, el que espacia silencios hasta notar el peso de los dedos sobre el teclado… ¿Te das cuenta? –le dije- esto es como la vida… ¡Qué va, mejor! –me dijo- nos conocemos más que si existiéramos…
Engraçada essa troca de "correspondência"...
ResponderEliminarMas tenho para mim que, de um modo geral, os homens são pouco dados à escrita! Ou será porque quase todos os que conheço serem de áreas cientificas, nomeadamente engenharia? Ná, um ou outro não são, mas escrever cartas também não era, nem é, com eles... :)
Beijocas!