19.6.15

otra cosa
















Tenía la fachada de hombre de mucho mundo, volvía de un viaje y empalmaba con otro casi inmediatamente, en el medio tan solo la maleta, una colada rápida y pasar por el banco, que era quien esperaba con algo de inquietud por su regreso…
Le mordía su casa, los recuerdos, cada fotografía, había convertido el salón en un pasillo y entre viaje y viaje transitaba entre la cocina y su habitación contemplando el aspecto cada vez menos humano de todo aquello…
Y no la casa solo, cada vez que veía el letrero final de la salida en los aeropuertos y la puerta de cristal se abría como un escenario al público que esperaba ver familiares, amigos, amantes, le mordía un poco también, incluso leía los cartelitos que chóferes o empleados levantaban sabiendo que ninguno llevaría su nombre…
Y le mordía el taxi y las respuestas iguales a las mismas preguntas cada vez que llegaba, hasta que los ojos del retrovisor comprendían sus pocas ganas de hablar, su fatiga…
- De dónde dijo que es usted?
- Ourense, soy gallego… En dos años me jubilo y allí que me voy, que ya estoy harto de tanto coche y tanta ciudad… Allí la vida es otra cosa
Y entre el pasar violento de la velocidad del coche contra el guarda raíles se repitió otra cosa, otra cosa, otra cosa

2 comentarios:

  1. Anónimo20.6.15

    La nostalgia es como el aire. ¡Si lo sabré yo! Minervina

    ResponderEliminar
  2. Cuanto tiempo… Me alegra saludarla

    ResponderEliminar

                       De mi Banco de...              Para que no me olvi...              De Pancho Salmerón           ...