17.2.14

naturaleza muerta



A veces se asustan como hombrecillos temerosos que se detienen ante una curva sin señal de peligro, ni stop peligro de derrumbes, ni firme inestable (qué cosa)... A veces me parecen pequeños gnomos caminando con dudas por el camino que cada día les conduce a través del bosque... Y sin embargo a veces se deslizan con más destreza que patinadores de Sochi trazando la curva interminable de un omoplato en dirección al punto de dolor de la contractura, o hacia el placer... No sé qué buscan hoy, se les ha hecho cuesta arriba la querencia de andar sobre la piel, de contornear lunares o resbalar como una lágrima que no sabe pararse... Los dedos son pararrayos del sistema nervioso de un cuerpo, termómetros de la ternura, balizas de los ojos, de los besos, atenuadores del volumen de las palabras, de las palabras vivas...

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