8.6.13

amor propio















Hoy, mientras Nadal ganaba a Djokovic yo me compraba, tan heroicamente, un piano. Y no sé tocar. Simplemente lo quiero. Y como el protagonista de Ovejero lo he convertido en centro de mi vida, me he inventado el amor, pero no por una mujer, no por Clara, si no por un objeto, un piano, me ha parecido más interesante. Es el cuarto piano que compro, los otros tres han sido para tres mujeres, pero este es solamente para mi (se miente igual pero conscientemente)… Es… Como Clara, que puesto que no existe me la quedo... Podría hablar de la pulsación de determinadas teclas, el tacto apoyado, las diferentes intensidades y el pedal que puede mantener el sonido muchísimo tiempo, pero lo dejo a la imaginación de cada uno, a la imaginación musical, que yo, ahora mismo voy a ponerlo en automático y soñar que interpreto, que toco, que me quieren, que existe Clara en realidad y llamará a mi puerta en un momento… Y que me dice que la toque otra vez...

1 comentario:

  1. A comprares tantos pianos, qualquer dia, um dia próximo, talvez quem te bata à porta não seja Clara, mas Rajoy y sus muchachos de la Hacienda...!

    ;)

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