Nada en aquel diario sobre la muerte de Jonas, ni tan siquiera una esquela familiar, parecía que nadie más que Marta y yo reparásemos en su ausencia. Aquel revuelo de enfermeros y gritos de dos noches atrás en la residencia, el cuerpo que arrastraron forcejeando hasta un coche y no a una ambulancia. Nada. Jonás nos ha dejado, dijeron simplemente… ¿Ni tan siquiera una esquela familiar? dijo Marta. Aquel canalla que nos hacía trampas con la excusa de que el tute era diferente en su país; que le metía mano a la Marquesa a la vez que nos guiñaba un ojo; que paseaba a los que necesitaban silla de ruedas para enseñarles los vericuetos de los jardines; que un día, sin que nadie supiésemos porqué, había preparado bacalhau a moda de Porto para toda la residencia… ¿Ni tan siquiera una esquela familiar? ¿Nadie que venga a por sus pertenencias?... Somos de ida e volta, repetía Jonas de vez en cuando… La idea fue de Marta, recortamos una foto que teníamos de Jonás y la marquesa y pagamos una página del periódico local diseñada como un cartel del oeste americano: Se busca... Ahora solamente había que esperar, y de eso sabíamos bastante…
jajajaja!
ResponderEliminarMe sumo a lo de pegar carteles por los barrios...
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