23.6.11

solsticio


San Juan, todos los fantasmas se van llegando a casa, no importa en qué lugar te encuentres, ellos vuelven año tras año y se acomodan en tu estado de ánimo. Hola a todos -les digo- este año no he tenido tiempo ni ganas de cortar ramas y carretar cajas de madera para la hoguera. Es igual, sé que un tal Luís Mariano va a estar preparando sardinas hasta el amanecer, que Jose se ha encargado del pan, que Pascual y yo llevaremos el vino, la guitarra y los bongós, que aguantaremos hasta el amanecer, hasta estar solos al otro lado del muro que siempre ha cercado nuestro barrio. Veo al abuelo Juan viendo la hoguera y mover la cabeza al cruzarnos la vista ¡Qué leche de chicos, la que han liao! Siento el calor de la hoguera ardiéndome en el pecho,  frío en los pies y el olor a ahumado cuando llegas a casa... No sé si todavía queda alguna botella de Ribeiro debajo de las escaleras de la casa, podemos ver ¿qué tal si no dormimos a ver cuanto aguantamos?... Pero vamos cayendo. Los límites siempre acaba poniéndolos la naturaleza. Una vez me asusté, llegué al tercer día y no podía dormir por más que lo intentaba, tenía el cuerpo como descarrilado pero seguía funcionando la locomotora aún con las ruedas en el aire. Como la vida. Veremos si esta noche mi abuela me visita, que ando un poco revuelto. Por la ventana veo que mucha gente no se da la vuelta, los reconozco pero no veo sus caras. Al final tendré que bajar a la hoguera, siempre hay algo que quemar y mejor que las brasas sean solo de madera para cuando amanezca, lo demás volará en polvo de ceniza de la noche más corta... Ya huelo las sardinas...
Os dejo una canción... Tal vez mañana quiera salir el sol

2 comentarios:

  1. Candela23.6.11

    !Tanto tiempo sin oir esta canción!
    Opino que no hay otra mejor para acompañar a ese texto tan entrañable.
    Un abrazo al calor de la hoguera.

    ResponderEliminar
  2. Este ano, nem S. João.
    A 'coisa' não iria correr bem - pressentia eu -, tal como veio a acontecer a dois desgraçados da Coruña, mortos em nome desse santo...
    Sobre a canção, fulminou-me o videoclip:
    ' Que tanta bonecada tinha a nossa infancia...'
    Em regressando à infância em Angola, apenas me foram familiares o Tarzan, a Jane e, sobretudo, a Cheeta.
    Moby Dick era coisa de rico;
    Bambi era assunto de gay..., e por aí fora com toda a outra bonecada, incluso o Frankenstein ou a bruxa má.
    Porém aquele gato em cima da mesa, com uma crepitante braseira por baixo, fez-me lembrar o Natal na serra da Estrela, e as 'camillas' nas mesinhas redondas, que ali faltava, por óbvios motivos...
    ;)
    _____________
    PS: Sobre o assunto 'fotos', apenas me limito a ser como um normal anfitrião, servindo-te a comida que já sei que gostas.
    ;)

    ResponderEliminar

                       De mi Banco de...              Para que no me olvi...              De Pancho Salmerón           ...