Como si fuese una sandía, agarré con las manos los lados de un pedazo de tierra y lo abrí aprovechando el trazado de un pequeño río -lo abrí fuerte- trazando valles profundos e interiores. Se trataba de moldear la Tierra, alejarla de la monotonía, grabar con diferentes paisajes las pupilas que compondrían miradas individuales sobre todas las cosas (no todo iban a ser manotazos, desiertos y polos, no?). Un poco más aislados, crecieron valles entre montañas y pueblos por los márgenes de culturas globales que mantuvieron vivas formas un tanto socarronas de diversión que más tarde propagarían en sus migraciones... Así fue, más o menos, como desde Vilariño de Conso se propagó el carnaval al resto del mundo, conservandose allí, como un diamante, la expresión mas ancestral del carnaval, casi intacta, repitiéndola cada año, como una canción que se agarra a la memoria de sus gentes... El domingo que viene, desde cada aldea de Vilariño bajarán los folións hasta la plaza riéndose de nieves, de hielos y de muermos... Estaré allí, claro, pasándolo como Dios.
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Yo tambien prefiero el vehículo blog. Hay que pensar, articular una idea/imagen/sonido en poco espacio, darle forma al contenido y al final se ofrece algo personal, elaborado. No es cualquier cosa.
ResponderEliminarVilariño ese de Aldán?
Non ,no, Vilariño de Conso en Ourense por encima de Laza a la izquierda de A Gudiña, a la derecha de Queixa... Es que va a venir, la espero?
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