Hay un paseo con el mar abajo
en donde las gaviotas precipitan su vuelo
hacia el abismo,
trazando distancias infinitas
a nuestros ojos miopes.
Intuimos las olas que destrozan las rocas,
océanos de tiempo y de palabras
que nos llevan y traen desde el abismo,
ecos, vacíos, miedos,
caminos sobre el borde de los acantilados.
Dame la mano y no te sueltes nunca,
aunque nunca, ya sé,
es demasiado tiempo.
(Ganas de saltar, ¿tengo que mirármelo? ;D)
ResponderEliminarFoto espantosa dessas falésias, onde as gaivotas gritam o teu poema...
ResponderEliminarQue nunca soltem a tua mão! :)
Beijocas!
Usted sabrá si sabe o no sabe volar Ra, para practicar, si se tira, tiene doscientos metros...
ResponderEliminarA veces cuando decimos... te seguiré hasta el fin del mundo... No contamos con que se acabe de repente... No, Teté?. Beijo
ResponderEliminarEsta foto ía ben para un poema meu...
ResponderEliminarCair contigo
Digo-te hoje e aqui que vou saltar da falésia
e contigo
se me segurares a mão no fio frágil e (in)tenso
dum sussurro.
Digo-te e mais te digo que vou trancar os medos
ao mistério
sem sopesar distâncias ou fundos
cataclismos.
Digo-te e ainda digo que na descida ao incógnito
brutal do abraço
não hei de empenhar na bússola um grau que seja
do alento
de que te digo preciso para cair contigo.
Ten música dentro este cair...
ResponderEliminarTen música, ten: fffffff... cataclon, clon, clon, chof, glu glu glu (...)
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