Hoy por ejemplo el día, aunque no me lo dijo sonriendo, me dejó despertar -no es poca cosa apreciar estas pequeñas cosas todavía sin peaje... Un cielo azul, un viento cálido y alguien que me llama desde el patio. Bien: los perros, la arena, el mar, la playa solitaria a estas horas… Qué puedo pedir más? (bueno, si que sé, pero mejor no pedir imposibles porque tal vez el atractivo esté en que no se cumpla)… Ummm este sol tiene que ser buenísimo por fuerza ¿no se podrá envasar como los pimientos?… Intento caminar sobre los pasos que antes marqué en la arena, ahora llenos de mar, pero no puedo. Vaya, filosofías mañaneras… Voy a ver si el café me despeja y me tiro a la vida un poco más cargado… ¿Qué tenía que hacer? A, si, felicitar un veintinueve años que no se da encontrado quizá por verse demasiado en espejos ajenos. Eso es, ya tengo regalo, un espejo en que, al verse, la reconozca, cada día. Veintinueve años, qué vértigo me da.
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Ay.
ResponderEliminarVoy a decir gracias, como si esos 29 fueran míos :)
(Qué bonito día allí, ¿no?)
Un día precioso, de cumpleaños mismo.
ResponderEliminarFelicidades por tu contento día. Y a quien cumple 29 tambien. Preciosa foto de regalo.
ResponderEliminarAnda moi caladiña a da fala. :) Que vellos somos, rapaz!
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