Tengo el alma sin ganas, la foto de un gris que ocupa todo el plano y el discurrir muy lento de una gota de rojo dejando un rastro húmedo que lleva a dónde estoy. Dijo que si pegaba la oreja al suelo vería entre los surcos codornices y que entre los surcos de la piel de su gente estaba realmente el paisaje del campo de Castilla. Hay quien desea un barco, un castillo, una isla, y quien, como Delibes, le basta con poder caminar por las laderas tras el rabo de un perro...
Como se fose un máis da familia.
ResponderEliminarAinda tens uma alma, afinal.
ResponderEliminarEsse é o ponto positivo desta 'notícia'...
Quisera eu poder dizer o mesmo, mesmo sem ganas.