18.8.14

verano








La vida es gelatina, toma la forma del recipiente en que se ubica y se nos cuenta a si misma cada vez que queremos escucharla, como una canción antigua de la que casi habíamos olvidado la letra, pero que recordamos a través de un gesto, de una palabra, del movimiento de una mano... La vida y los personajes que creemos que somos o en los que creemos que estamos o los que habitamos con pasión ciega porque nos sobrepasan y necesitamos creérnoslos... La tarde de verano en la que estuve ayer me ha devuelto al personaje que habito desde hace mucho tiempo, quien confunde colores y tiempos y estaciones que como siempre acaban siendo término sin ganas de enfrentarse al de qué... Es así como acaban los cuentos, tal vez cómo comienzan, o simplemente cómo cambia de forma la gelatina que una vez ha tenido la forma de este cuerpo...

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