Siempre pienso en Abril con anorak, quince años, ojos de
primer viaje y la canción de Zeca Afonso en los labios reclamando el poder para
el pueblo. Grândola y aquella otra “sempre
a mesma melodía, Salazar e a súa democracía, con Caetano é a mesma porquería,
múdanse as moscas, a merda non varía”…
Porque extraño la piel de aquel abril y se ha roto el bastón
de mi ilusión romántica (o, más bien, sensiblera puesto que no aguantó más peso
que esta pequeña crisis emocional, mundial y pasajera), estoy preparando un
viaje fantástico por la línea de vida de mis creencias. Las he colocado en fila
y me propongo darle gas a la moto y pasar sobre ellas con una goma de borrar en
el culo para, a poder ser, no dejar huella…
O sí, que porque extraño aquella piel y aquellos años tuve
ojos de ilusión y pasiones viajeras en una vespa azul, sueños en cada uno de
los dedos que pulsaban las cuerdas… Y canciones… Canciones que todavía hoy, o
más bien hoy, reivindican lo mismo que entonces y tal vez con la misma fuerza,
al menos dentro de mi corazón sensiblero y romántico… Aquí os dejo una perla