19.10.12

filatelia


Un sello es importante si llega a su destino; si ha servido de guía a una historia de amor; si está certificado que cruzó los océanos; si abre la imaginación al jeroglífico imposible de lo desconocido… Y los sellos se besan pensando en el país del que vienen las cartas… Y se guardan como piezas del puzzle que completa emociones cercanas... Los sellos son postales de lugares a los que seguramente nunca has ido; son la certeza de los sueños… Abro la puerta del pasado, recojo un beso en la puerta y observo con envidia un despacho que sé lleno de vida y de países que Santiago conoció a través de su pasión por la filatelia. El pequeño despacho está vacío; huele a papel; hay una lupa enorme junto a las carpetillas de tendero y pequeños cajones, tantos como países, o no, no tantos, que nunca se completa del todo ninguna colección… Toco un objeto como recorro un camino o vuelvo a un bar para sentir la compañía del que falta; pensando que todo alrededor me lleva hacia una piel, una mirada, una canción; dejándome mecer en el regazo de un tiempo feliz… Muchas veces regresamos a sitios del pasado buscando una caricia aunque sea del viento… Y voy cantando: Verín de Verín, carretera de Chaves, Verín de Veríiin, aguas minerales, Verín de Veríiin, carretera de Chaves, Verín de Veriiín… Deee Veee rín

4 comentarios:

  1. Anónimo20.10.12

    Lo malo es cuando se busca una caricia en el pasado y éste ya no responde. Aun así, es bueno intentarlo ¿verdad, lectores? Un abrazo. Minervina.

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  2. Verín de Verín...
    carretera de Chaves...
    bodega de Faustino...tralalá, trelelé...trululu...
    Hugh!
    Hugh...!

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  3. Quién carallo es Santiago?

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