16.5.11

elecciones/ pausa II


La pausa electoral coincidió en Andalucía y a mi el sur me da miedo, miedo de mi. Algunos decidimos después de programar y repensar el día siguiente, coger el autobús y llegarnos a Cádiz, a ver los barcos pasar. No había demasiado tráfico por la nacional que tomamos pero el frenazo sonó amplificado, nos agarramos fuerte al reposabrazos y por instinto puro pegamos contra el respaldo la cabeza a la vez que un aaay, ummm, éeee, que predecía el golpe. Antes, volantazo del conductor intentando evitar el encontronazo, el bus que gira un poco hacia la izquierda, gritos y, por fin, el golpe, cataclás lateral de chapas contra el otro vehículo. Desde mi ventanilla pude ver cómo el cuatro por cuatro caía al terraplén, lo recuerdo en cámara lenta -no sé por qué-  resbaló hasta enseñarme dos ruedas en el aire, la barriga y por fin con un trunc, trunc, seco de dudas, quedó volcado. Creo que bajé el primero, por delante del grito del conductor: ¡cuidado, puede arder!. Polvo. Humo. Silencio. Apenas se veía el vehículo, Ninguno sabíamos qué hacer. Desde dentro de aquella polvareda sentimos una voz, una voz muy clara: Niño,  tú estás bien?... Si, estoy bien... Entonces vamos?... Si, vamos... Y de aquella nube salieron dos toreros sacudiéndose el polvo y arreglándose uno a otro la corbata. Al vernos tan sorprendidos tan solo preguntaron ¿ustedes van a Cái?... Yo sonreí, nunca había pensado que un día iría a los toros. Ni que me dedicarían dos orejas. 

3 comentarios:

  1. Contenta-te agora que sempre há, por aqui, alguém que te dedica dois olhos...
    :)

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  2. Só dois? sim, terei que me contentar. Es lo que hay...
    :)

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  3. Historia bien contada de un revolcón torero.

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