Ayer caminé solo
sobre la acera izquierda de ese punto de fuga de la noche
en donde algunas veces nos hemos encontrado.
Si tuviese que pronunciar tu nombre lloraría la risa
de todos los noctámbulos
que trazan líneas de funambulista por las avenidas
con nada bajo el brazo,
quiero decir sin pértiga que equilibre las palabras que escupen,
los abrazos que entregan, los besos que se pierden.
Yo te sueño en mi abrazo y en mi beso
y en ese punto de la noche en el que algunas veces
nos hemos encontrado, puede que sin quererlo.
Cómo pesa la noche sin un sueño.
Pesa.
ResponderEliminarPesar non. Esmaga.
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