8.12.13

carta


Hace tiempo que me sueño en el poema de Emily Dickinson, desatado, meciendo la hierba o conjurando tormentas que, pese a su amenaza, no logran derribar un solo árbol... Recuerdo el viento y las tormentas de verano recorriendo la geografía del Miño, río arriba, la caña de pescar apoyada en el suelo y las aguas oscuras, como si fuese noche... Y el olor a ozono... La naturaleza es un Dios palpable, la tocas y te toca y hace que para siempre un sonido sea aquel sonido, una luz aquella luz y los atardeceres del otoño con el sol entre el río una red que te atrapa... Me hacen bien esas fotografías que despiertan paisajes tan lejos de mi memoria...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

                       De mi Banco de...              Para que no me olvi...              De Pancho Salmerón           ...