Por si acaso se le ocurre al tiempo borrarme la memoria de los días tengo a un clic de ratón los más felices, los que acabaron en fotografías. Porque todo se va y a veces viene, hasta aquella costumbre de nombrarnos sin decir nuestro nombre, cuando eran nuestras todas las palabras que expresaban amor y el amor habitaba en cada sílaba inventada por nuestros ojos, en el silencio de los demás, en la mirada nuestra...
Porque a veces te vas y a veces vienes, no pierdo la costumbre de nombrarte. Cada clic es siempre repetido, cada imagen la misma fotografía...
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