26.5.15

izquierda

















Después de la noche electoral hoy tocó madrugar y considero que, al fin, llegó la primavera, con retraso, pero llegó. Espero que para quedarse…

Pero no entiendo como parte de la izquierda no pueda contentarse con el triunfo, sin paliativos, de otras y nuevas fuerzas de izquierda. Ayer tuve que estar a la hora del recuento en la sede de izquierda unida en Madrid y tuve sentimientos encontrados, ganas de recordarle poemas suyos a Montero y de decirle algo a Almudena Grandes, que andaba por allí (y que hoy escribe un artículo penoso en El Pais). Me sentí mayor (seguramente porque soy mayor que ellos) y con una mirada más limpia. Ganas de decirles que la izquierda es como un hijo que un día crece y te deja boquiabierto y da igual las razones de las partes, que seguirán queriendose, que para eso son partes de un todo que llamamos izquierda y que bien podría llamarse de otra y muy distinta forma después de diversas primaveras que la historia se empeñó en ofrecernos. En ajedrez lo que hizo IU ayer se llama enroque, los americanos del norte le llaman escudo de seguridad, y otros le llamamos burbujas, mundos aparte… Una pena

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