Soñábamos un mundo diferente después de que el desastre derribara las columnas del sentido que había sostenido tanta violencia, después de que las aguas desatadas sumergiesen hasta la última de todas las palabras que no quisiéramos volver a escuchar... Comprobábamos como poco a poco la naturaleza iba recomponiendo el paisaje de la única manera que sabía; como todo se iba repitiendo ante el silencio de cada uno de nosotros, a pesar de cada soledad. Un día nos sorprendió vernos en el mismo lugar en el que estábamos antes de la tormenta, sintiendo como nuestras miradas volvían a cruzarse. Para entonces se había apagado el impulso de aniquilación, de vergüenza, y como desde el vacío de un incendio la vida pintaba brotes de futuro ante nuestros ojos, nos encontrábamos en el mismo paisaje que la naturaleza había recompuesto de la única forma que sabía...
En mucho tiempo todo era silencio, esperando el tacto, la mirada, el espacio, a que se reinventasen de la misma manera que el paisaje. Teníamos el recuerdo de las palabras gastadas pero anhelábamos un idioma nuevo al que agarrar cada uno de nuestros sentimientos…
No sé porqué tenemos querencia del abismo pero haré lo imposible para que no te caigas, para que al menos tú no te caigas...
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