... Y el tiempo se fue haciendo de nosotros. El tiempo, el que pasa entre una pregunta y su respuesta, el que cabalga sobre lo que todavía no se ha escrito, el que adivina gestos, el que espacia silencios hasta notar el peso de los dedos sobre el teclado… ¿Te das cuenta? –escribí- esto es como la vida… ¡Qué va, mejor! –me dijo- nos conocemos más que si existiéramos…
... O tenemos los prismáticos del revés o no nos hemos puesto las lentillas. Todo parece cierto, el mar sobre nosotros y debajo este cielo y este viento que nos movió las páginas dejándonos un blanco inmenso y encharcado... Como si navegáramos a la deriva, sin poder escribir... Ese mareo que no sabes qué pasa...
... Leemos nuestros nombres como ecos interiores, somos como los sordos, nos llamamos con las manos, con los dedos. Y también como autistas, ese cristal tan puro que nos incomunica
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Y que bueno seguir teniendo ese tiempo aunque nos comuniquemos muchs veces solo con humo...
ResponderEliminarSidrina
Humo solo si es de San Xoan, Sidrina...
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