Los ojos y los dedos y las manos y la voz y la boca se rebelan, se van yendo de mi, se independizan, como cuando una hija ya no pierde las cosas, como cuando le hablas pero ella no te mira a los ojos y cabe solamente esperar, ver qué pasa, porque estás en sus manos. Cuando los ojos y los dedos y las manos y la voz y la boca, sienten la falta de tu cuerpo
No hay comentarios:
Publicar un comentario