Ella apoyo la bici en la barandilla del puente y se tiró sin medir aquel vacío que la separaba del agua, en silencio. Ya no volvió a salir. Corrí hacia allí sin pensar y al entrar en el puente, no sé por qué, toqué la barandilla y no solté su tacto hasta el lugar en que estaba la bicicleta. El agua, la distancia, la noche, luces en el río, al fondo el respirar de la ciudad y nada más, la barandilla fría y nada más... Recuerdo aquella noche y vuelvo al mismo sitio. No sé por qué lo hice, estaba muy oscuro, la chica no salió y yo no sé nadar, pensé que para el largo viaje que ella había elegido no le vendría mal la bicicleta...
Muy triste...
ResponderEliminarE non quedaches coa bicicleta?
ResponderEliminarCurioso, é a segunda fotografia que vejo hoje de uma bicicleta "afogada" na água! Como se fosse muito normal... :)
ResponderEliminarBeijocas!